lunes, 2 de noviembre de 2009

Ciudad sueño

Al Hechicero, porque la magia es posible

...estaré en tus olores
ciudad viento
respiraré tu noche
ciudad luna
tocaré tus heridas
ciudad sueño...

Mario Benedetti



Leticia Bárcenas González

Bajo del autobús, el frío de la mañana me da la bienvenida. Busco el teléfono y marco tú número.
–¿Bueno?
–Hola.
–¡Hola, chica! ¿Estás bien?
–Sí. He vuelto.
–¡¿Cómo?! ¿Dónde estás?
–En la terminal, ¿puedo ir a verte?

En el metro hay poca gente a esta hora así que es fácil encontrar asientos desocupados. Por la ventana veo pasar los edificios y a mi mente han vuelto las mañanas en que viajaba rumbo a la universidad. Estoy nerviosa pero no quiero pensar en lo que te diré, en lo que me dirás. Sé que necesito el calor de tus brazos, sentir tus manos que acarician mi espalda. Tus labios en los míos.

–¿Por qué has vuelto?
–Te extraño.
–Yo también te pienso cada día pero…
–No hace falta que digas algo, sólo quiero que me abraces, que me hagas el amor. Es domingo, como la primera vez.

Entra el sol por la ventana llenando de luz y calor el departamento, lo recorro con la mirada, aún conservas mis fotografías en la recámara y el corazón de lata que te regalé antes de marcharme. Huele a sándalo, como tu piel.

–¿Tienes hambre?, podemos pedir que nos traigan una pizza.
–No, quiero salir a caminar, podemos comer una torta en el zócalo.
–¿En el zócalo?
–Sí, en el restaurante que está junto a la tienda de santitos.

Abrazados andamos en silencio rumbo al metro. Salimos, no puedo evitar besarte. La gente pasa sin vernos y ese anonimato me hace feliz. Comemos de prisa como si ya no hubiera tiempo.

–Chica, ¿sigues con tu manía de recorrer una y otra vez las mismas calles?
–Sí, no me canso de mirar la gente y los edificios, ¿qué me dices de sus edificios?
–¿Cuáles?, ¿los de Reforma?, ¿los de los condominios de Villa Quietud?
–¡No! Los otros, los que tienen pasado, como el Palacio Postal con su ecléctico estilo arquitectónico o el hermoso Palacio de Iturbide o la Casa Borda o el Edificio Longoria.
–Me gustan más sus iglesias, ¿qué tal el templo de San Francisco o la Catedral?

Me tomas de la mano y corremos hacia ella, sus campanas han empezado a sonar, nos sentamos en el piso. Reímos. Volteo al cielo y veo unas hermosas nubes que parecen coronar la iglesia. Tan, tan, tan, siento que mi corazón late al compás de las campanas. Tan, tan, tan, quiero decirte que te quiero. Tan, tan, tan, este amor no puede ser. Tan, tan, tan, me besas. Nos levantamos y seguimos caminando.

–¿Qué más añorabas de la ciudad?
–Su olor.
–¿Su olor? Pero sí sólo huele a smog.
–Te equivocas, la ciudad tiene un olor diferente por la mañana que por la tarde o por la noche. Huele a tamales calientitos, a tacos de suadero con cebolla y cilantro, huele a cantina, a pan recién hecho, huele a ti recién bañado, ¿has percibido su olor después de una tarde de lluvia?
–No, yo no percibo lo que tú porque no amo esta ciudad sino por ti.

Siento ganas de llorar. ¿Cómo decirte que no puedo vivir en otra ciudad sin morir poco a poco de nostalgia?, ¿cómo explicarte que he vuelto, que aún te quiero pero no puedo quedarme contigo?

–Has enmudecido, ¿pasa algo?
–No.
–¿Te molesta lo que dije?
–¡No!, ¡no!, sólo que… Me he casado. Mañana llega mi esposo, viviremos aquí.

12 comentarios:

  1. Nena me encantó tu texto. Me llevaste a ese mundo, en sus olores y todo lo maravilloso que puede ser.

    Saludos y abrazos muy fuertes

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  2. Guauuuuuuuuuu ! me super encantó tu cuento,la descripcion que haces de cada calle de los sonidos de los olores es estupenda. Hiciste que viviera la historia, me sentí caminando en las calles, y por un momento llegué a sentir ese gran amor en mi cuerpo, y a la vez esa desesperación de los grandes amores que aveces son como un suspiro que pasa rapidamente o como un sueño que al despertar te deja un gran sabor en el alma, pero sólo fue eso un sueño,en el que solo piensas, sonries y sigues tu vida diaria.

    felicidades me encantaria seguir leyendo lo que escribes.

    atte. gaby grajales

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  3. Yo siempre he creido que lo mejor de las crónicas, microcuentos y relatos breves son la forma en cómo se desarrollan pero, sobre todo, en como se terminan. Con este final, excelente, queda todo exacto, preciso, como debiera ser, como se plantea y como inicialmente se imagina. Personalmente --y quizás por lo que vivo ahora mismo-- no soy de los que acostumbran hacerse la vida dificil, complicarsela para sentirse vivo y vivir golgado a un recuerdo, a lo que es imposible y jamás podrá ser: a la felicidad instantánea. Me gustó todo, muchas felicidades: Miguel Ballinas

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  4. Hola Tía! En verdad muy linda historia, no puedo evitar relacionar a los personajes con ciertas personas cercanas jejeje. Un beso. Rocío

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  5. Esther: es un gusto saber que conseguí llevarte a esa ciudad que a veces parece mounstruosa pero que es también el punto de encuentro para muchos corazones, que pueden seguir juntos o por separado su detino.

    Abrazo recibido y va otro para ti.

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  6. Gaby Grajales: el amor es un sentimiento que nos impulsa a vivir, no importa cuanto dure, lo fundamental es disfrutarlo mientras exista, aunque a veces no es fácil. Sin embargo, estoy convencida que vale la pena intentarlo por eso a mis personajes les doy chance de que estén juntos y que bueno que te gustó la historia. Gracias por leerme.

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  7. Miguel: Gracias por tus comentarios. Me gusta escribir y que la gente que me lea disfrute los textos, que bueno que te gustó. Reconozco que lo más difícil es precisamente el cómo terminar una historia, mis personajes no siempre son felices.

    Un abrazo.

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  8. Rosh: Preciosa, gracias por leerme pero cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia, jajaja. Los personajes de esta historia son puramente ficción. Abrazos.

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  9. Me sentí complice de la historia, es muy buena. Gracias por compartirmela y tomarme en cuenta para disfrutar de tus deliciosas líneas que con mucha suavidad y cuidado escribes. Fabuloso!!!!

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  10. Yhas: Gracias a ti por leerme y me complace saber que te sentiste parte de la historia. Va mi abrazo.

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  11. WOW! Me encantó recorrer la ciudad en mi mente y sentirme caminando dentro de ella y vuelven en mí todos esos bellos momentos que pasé mientras viví en ella. Nunca la olvido, incluso sus cálidos olores, la gente, y cada uno de sus edificios, con una bella nostalgia que está grabada en mi mente y corazón.
    Atte: Francis

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  12. Francis: Qué gusto que al igual que yo, no olvides a esa ciudad que nos ha dado tanto. Te quiero y ojalá algún día coincidamos en ella. Un fuerte abrazo.

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