sábado, 7 de marzo de 2009

Corazones Gitanos Parte cuatro


Parte Uno:
http://desmesuradas.blogspot.com/2009/03/corazones-gitanos-parte-uno.html


La prefiero compartida

antes de vaciar mi vida
no es perfecta más se acerca
a lo que yo simplemente soñé.
“El breve espacio”/ Pablo Milanés Julia. 27 años.


Soltera. Mantiene una relación desde hace 2 años con un hombre casado.




Soy una mujer muy apasionada, que ama intensamente, por eso el amor ha sido el motor de mi vida. Creo que el amor es libre, es pleno, se da de diferentes formas y etapas, por eso cada quien tiene su particular forma de amar. A mí el amor me ha hecho mejor persona, porque cuando amo hago todo lo posible por ser mejor.

Frecuentemente he vivido enamoramientos pasajeros, pero cuando en realidad amo, me aferro a esa persona y se convierte en mi mundo, giro alrededor de él; y eso ha provocado muchas veces que me lastimen. Aunque ahora estoy tratando de que este amor que estoy sintiendo no sea tan arrebatador, de conservar mi individualidad y no perderme en esa ola de romanticismo, de sueños e ilusiones. Estoy tratando de vivir un amor más real.

Las mujeres estamos educadas para ser tiernas, amorosas, para vivir en función del otro. A veces hasta tendemos a ser como las mamás de ellos. Nos enseñan a ser amorosas pero no a amarnos a nosotras mismas, a experimentar con nuestro cuerpo, a tocarnos, hay muchos tabúes al respecto. Te dicen: está bien que ames a tu pareja pero no se lo demuestres entregándole tu cuerpo o tocándolo, viéndolo. Eso hace que sea tan difícil poder expresarte sexualmente con tu pareja, más si es extramarital, porque sientes culpas. Recuerdas que te enseñaron que debes amar a alguien que sea soltero y, de preferencia, con todas las virtudes de papá.

Mi pareja tiene un compromiso con otra persona, y aunque tengo la certeza de que es eso, un compromiso, me ha provocado culpas que, claro, he ido erradicando con el tiempo; pero es muy difícil porque a la cama te llevas a todos: a tu mamá, a tu papá, hasta a tus amigos, que no dejan de opinar, de juzgarte. Si una mujer decide ser libre con su cuerpo, practicar libremente su sexualidad, es rechazada, señalada, incluso por nosotras mismas, aun cuando sea con y por amor.

Como no puedo expresar mi amor espontánea y libremente, lo hago a través de la escritura. No me canso de escribirle, aunque también tengo otros detalles que tienen que ser demasiado disimulados, demasiado sutiles para no agredir, no comprometerlo. Soy muy expresiva y me cuesta mucho ocultar mis sentimientos, frente a él mi mirada cambia, siento todo diferente. Algunas veces le digo que me gusta como se ve ese día, lo escucho y, si puedo, le robo un beso o el simple roce de sus manos en las mías. Con una mirada o con una sonrisa le digo te quiero, pero no es suficiente.

No es cierto que la esposa lleve la peor parte, porque si bien es cierto que ella tiene obligaciones, también puede salir con él sin tener que estarse cuidando y puede manifestarle su amor en cualquier momento y lugar. En cambio para las que estamos de este lado, no es fácil tener que esperar el tiempo que él pueda estar contigo, tener que esperar a estar solos para decirle te quiero, para tomarle la mano o abrazarlo y besarlo. A veces le quieres decir quiero estar contigo hoy y sabes que no puede ser, entonces experimentas mucha soledad. Muchos y muchas piensan que se es la otra por comodidad, porque no quieres responsabilidades, ni hijos, ni lavar y planchar su ropa y todo lo que tiene que ver con la casa; o porque, creen, sólo vives para el placer o porque quieres sacarle dinero, regalos, un coche, qué sé yo. Lo que no saben es que tú darías todo por amanecer junto a él aunque toda la noche no te haya dejado dormir con sus ronquidos, o prepararle el desayuno aunque la cocina no sea tu fuerte.

Cuando en verdad te enamoras de esa persona y, por lógica, no te puede corresponder de la misma manera, piensas, bueno, no me importa que conmigo esté sólo unos minutos, con eso basta; pero es un autoengaño porque en realidad quisieras estar todo el tiempo con él o simplemente compartir cosas cotidianas como lo que viste en el súper. De repente, en la noche, dices cómo no está aquí para comentarle esto que me pasó en mi trabajo o la sensación que me produjo tal canción, no, tienes que esperar hasta que puedas verlo y ya cuando lo ves, esa emoción o esa idea ya perdió intensidad o lo olvidas. De verdad, es muy difícil, sientes una gran tristeza y te dan celos sólo de imaginar que con ella comparte hasta la pasta de dientes. A veces tratas de olvidar que hay otra persona porque es muy doloroso.

No creo que la magia se rompería si viviéramos juntos, estoy consciente que él, al igual que yo, tiene defectos, tiene problemas, sin embargo, creo que cambiarían las cosas, pero no para mal. Si yo estoy en esta posición es porque lo amo y no lo conocí libre; claro, si yo tuviera la oportunidad de vivir con él, lo haría, pero no se puede; entonces acepto que esta es la única forma que tengo de amarlo, pero prefiero haber vivido esto con él a no haberlo conocido. El amor es así, no lo puedes evitar.

No me di cuenta en qué momento empezó a ser parte importante de mi vida, tan importante que ahora mi vida no la puedo concebir sin él, pero yo estaré ahí hasta que el tiempo lo diga. Mientras, trato de vivir este amor y de sentirlo y de demostrarlo como pueda o como se me ‘permita’ hacerlo y sin jurar amor eterno, sin decir lo quiero para mí, porque no somos propiedad de nadie. He aprendido, gracias a esto que el amor lo puedes encontrar en cualquier parte y persona.”

Publicado en El Heraldo de Chiapas, 1 y 2 de marzo del 2005.


No hay comentarios:

Publicar un comentario